lunes, 9 de mayo de 2011

Fundamentos de Heráldica

Capitulo 1
Preambulo

La heráldica es la ciencia del blasón, es decir el estudio de las armerías (o armas). Es también un campo de expresión artística, un elemento del derecho medieval y de las dinastías reales hasta nuestros días. Más recientemente, ha sido admitida dentro de las ciencias anexas de la historia junto con la sigilografía, la vexilología, la falerística y la diplomática.


La heráldica se desarrolló durante la Edad Media en toda Europa hasta convertirse en un código coherente de identificación de personas, progresivamente incorporado por estamentos de la sociedad feudal como la nobleza y la Iglesia Católica para la identificación de linajes y miembros de la jerarquía, siendo igualmente adoptado por otros colectivos humanos, como gremios y asociaciones, además de ser adoptado para la identificación de ciudades, villas y territorios.


Blasón es una palabra de origen oscuro, puede ser que venga de alguna lengua franconia de la palabra blâsjan (antorcha encendida, gloria), o más probablemente del latín "blasus" significando "arma de guerra".1 "Blasonar" significa describir las armerías siguiendo las reglas de la ciencia heráldica. En un estricto sentido, el blasón es, entonces, un enunciado que puede ser oral o escrito. Es la descripción de las armerías hecha en un lenguaje técnico, el lenguaje heráldico. El blasonamiento es la acción que consiste en describir las armerías (y por tanto de enunciar el blasón que representa). La ciencia del blasón es muy antigua, se funda menos de un siglo después que se estableciera el uso de armerías en la Edad Media. En esgrima, los blasones (amarillo, rojo, azul...) son exámenes que permiten probar un nivel de técnica adquirida, de arbitrar o de participar en ciertas competencias. Algunos son distribuidos igualmente después de una victoria. Se expresan en una pieza de tela (cuyo color cambia siguiendo el nivel) en el codo o añadida al hombro desarmado.

Arma, escudo, blasón y armerías

Las definiciones siguientes son precisas, aunque está lejos de reflejar su uso real. En la práctica los términos "blasón", "armas", "escudo" y "armerías" funcionan como sinónimos y son intercambiables, tanto en las obras comunes como en las de los estudiosos de la heráldica.


• Las armas son emblemas pintados en un escudo que deben poder ser descritas en la lengua del blasón, y que designan a alguien o a algo. Tienen el mismo rol que una marca, logotipo o nombre propio: son la manera heráldica de identificar, representar o evocar una persona, física o moral (casa o familia, ciudad, corporación...). Las armas son consideradas generalmente como la propiedad (intelectual) de esta persona, que es el titular.
• El escudo es el elemento central y principal de las armerías, es el soporte privilegiado sobre el que se representan las armas. Sin embargo, diversas armas pueden ser representadas en un mismo escudo, sin necesariamente representar a una sola persona: puede ser la unión de dos armas representando un matrimonio o la superposición de numerosas armas. Un escudo representa entonces unas armas o una alianza de armas. En todos los casos, el escudo delimita gráficamente el sujeto del que habla la composición y es suficiente para identificar las armas o una alianza.
• Las armerías (siempre en plural) son aquellas que están representadas gráficamente sobre un objeto armado (ejemplo: el escudo). Las armerías comprenden el conjunto de la panoplia formada por el escudo, que designa al sujeto, y sus eventuales ornamentos exteriores (soporte, corona, collar de orden...), que dicen algo sobre el sujeto. Algunos ornamentos exteriores (cimeras, tenantes) forman parte de las armas (y están asociadas sistemáticamente), algunos son arbitrarios o fantásticos (lambrequines, símbolos alegóricos o votivos), pero la mayor parte son la representación heráldica de títulos, de cargos o de dignidades: son atribuidos oficialmente y pueden variar según el estado del titular en un momento dado.

Blasonar significa describir las armerías. El blasón es el resultado de hacerlo: es la descripción (en términos heráldicos) de todo lo que es significativo en las armerías, y más específicamente en el escudo. La correspondencia entre un blasón y su representación es el eje de la heráldica: la descripción de un blasón debe permitir representar correctamente las armerías y la lectura correcta de las armerías debe conducir a un blasón que rinda cuentas sobre sus rasgos significativos. Dos representaciones (o armerías) son equivalentes si responden al mismo blasón, son por tanto las mismas armas, aunque puede haber muchas maneras equivalentes de blasonar las armas.
Las armas como identidad

• Las figuras pintadas en el escudo, establecidas y enunciadas por los heraldos, dan origen a la heráldica. La heráldica es esencialmente la ciencia de los heraldos, y su origen no puede comprenderse sino a través de su rol.
• El primer elemento que fue armado, con un objetivo militar, fue el escudo del caballero. Después estos elementos fueron retomados en todo su equipo, para permitir reconocer al titular (en los lados de sus armas) pero también para representar (estandarte) o marcar su propiedad (cascos y armaduras de caballos)...
• Este vínculo entre las armas y su titular fue retomado en la composición de los sellos. Las armerías fueron así transformadas en la imagen de la personalidad jurídica. La práctica de sellos armados se extendió hasta ser de uso común de todas las entidades capaces de tener un sello. Esta práctica aún está viva en el uso de los anillos armados, los cuales están, en principio, destinados a servir de sello (es por lo que están grabados de manera cóncava y normalmente usados en el dedo meñique).
• Sello armado.
• Desarrollo histórico
• En un principio reservadas a los jefes de guerra que las portaban en sus escudos (fin del S. XI), el uso de armerías se extendió progresivamente a los caballeros y después a la nobleza (S. XII). A través de la identificación de la persona por las armerías, notablemente en los sellos, el uso se extendió a las mujeres y a los nobles prelados (fin del s. XII). y de los prelados a los burgueses, artesanos y jueces, capítulos, corporaciones, comunidades urbanas (principios del s. XIII), comunidades eclesiásticas y órdenes religiosas (s. XIV), señoríos, dominios, provincias, universidades y administraciones civiles... Transformadas en un signo de identidad social, las armas se vuelven hereditarias y designan a casas, es decir a las familias y vínculos de parentesco (s. XV), después, y más generalmente, a vínculos sociales, que son cada vez más representados.
• Hasta el siglo XVI, las figuras empleadas eran principalmente figuras animales (ver en ese artículo), en número bastante restringido (una quincena de uso corriente), así como algunos muebles inanimados (varias veces abstractos), y sobre todo figuras geométricas. Sin embargo, el repertorio se engrandece con objetos, armas, partes del cuerpo, edificios, etcétera.
• Estudio de objetos armados
• Armar un objeto le agregaba un elemento decorativo y afirmaba un vínculo con el titular, legible y comprensible por aquellos que no sabían leer. Las armerías se encontraban así en todos los testimonios del pasado: documentos, libros, tapicerías, monumentos, placas de chimeneas, muebles, joyas, vehículos... La identificación de las armerías (cuando no son fantásticas) permiten remplazar su soporte en el tiempo y el espacio social, y de retrasar parte de la historia del origen geográfico. La identificación del titular es facilitada por los ornamentos exteriores, notablemente las órdenes de caballería representadas. Estos pueden conducir a una gran precisión (incluyendo el año de creación), cuando ésta ha modificado frecuentemente la composición de sus armas y la conjunción de armas sobre un mismo soporte puede conducir a conclusiones incluso más precisas.

La sociedad y las armas
La composición de un blasón representó gráficamente la situación de un titular conforme a un cierto orden social, entre los siglos XIII y el XIX. El estudio del blasón supone entonces un cierto conocimiento de la sociedad y de su organización en nobleza, rangos, órdenes y costumbres.
Sin embargo, tener armerías nunca ha sido, desde el punto de vista histórico, un provilegio de una clase noble.
Las armas no son nobles por naturaleza, en un inicio no son más que la insignia del titular. Es la obligación de este titular "enoblecerlas", es decir manifestar su nobleza por sus actos, otorgándoles honor y gloria a sus armas. El reconocimiento social oficial de este carácter noble, o "ennoblecimiento", no viene a reconocer sino una nobleza que ya ha sido adquirida previamente.
El noble es esencialmente el "jefe" de algo, es quien tiene gloria y honor. El medio para acceder puede ser por las armas, por violencia o usurpación, por herencia de posesiones o siendo el titular de un cargo... En esta lógica, el ejercicio eficaz y durable del poder es su propia legitimación y solo el resultado cuenta en el largo plazo. Una persona es reconocida como noble cuando ocupa una situación de mando o responsabilidad por un tiempo prolongado, al punto de identificarla con esa persona social. Las armas representan a la vez a la persona, su poder actual y la gloria acumulada por muchas generaciones.
El éxito atrae más éxito, incluido a los miembros de su familia, y una casa "noble" tiende a mantenerse así. La dirección de unas tierras o de un territorio es generalmente hereditaria y no es siempre posible distinguir las armas de una tierra de aquellas de la casa que la dirige. En cambio, un cargo es generalmente personal, aunque está más a voluntad que figure en los ornamentos exteriores que en las armas propiamente dichas.
Las armas más famosas son el signo de una propiedad colectiva con las que se debe o desea relacionar. La relación se traduce en retomar las armas integralmente (en caso del jefe de la rama), con una brisura o en una composición. Esta relación se obtiene por derecho (título, herencia y rama), por adquisición (dominios poseídos) o por privilegio adquirido o concedido. Es un honor el portar armas famosas y este honor obliga en principio al titular a contribuir a la gloria de esas armas. Es eso lo que se expresa en la frase "Nobleza obligada": portar armas nobles significa simplemente que se es de una rama noble pero no dice nada más sobre su propio carácter.
Titular


Sello polaco presentando las armas de posesión real.
El titular de un blasón es la "persona" que designa ese blasón. Las armas le pertenecen a un cierto titular, del cual se representan los atributos por los adornos exteriores. Es el conjunto de esta relación lo que representan las armerías. El titular puede ser de cualquier tipo (individuo, familia, colectividad o institución).
La composición de armas nuevas traduce lo que el titular poner por delante en relación a un tejido de vínculos y de derechos sociales: simbólica primitiva, pero también pertenencia a una rama (por las armas de la familia), afirmación de su genealogía (por composición de las armas de sus padres, abuelos), matrimonio (por composición de las armas del cónyuge), dominios sobre los cuales se tienen derechos reales o supuestos, actuales o pasados. Las armas de las ciudades o instituciones se componen con aquellas de su fundador o señor.
Las armas, propiamente dicho, son generalmente invariables pero los adornos exteriores dependen generalmente del titular: sus títulos, dignidades y cualidades, su función o su condición social.
Orden de caballería
Las órdenes de caballería nacen con las cruzadas, alrededor de órdenes religiosas con vocación militar (Orden del Temple, Orden del Santo Sepulcro, Orden de los Hospitalarios...). Como todas las órdenes monásticas, esas órdenes pueden asociar a no-religiosos: la pertenencia a una orden manifiesta su asociación con una cierta vocación (varia de acuerdo a la orden) y el prestigio de la orden descansa sobre el miembro asociado. Al término de la Edad Media, las órdenes de corte sin vocación religiosa fueron creadas, la más prestigiosa siendo la orden del Toisón de Oro.
Las órdenes pueden ser soberanas (por ejemplo, la Orden de Malta). Lo más frecuente es que estaban unidas al país o a la casa dinástica que la ha creado.
Las insignias de la orden de caballería fueron generalmente parte de los ornamentos exteriores de las armerías. Ciertas órdenes se inscribían, dependiendo del jefe, en el escudo del titular. Lo más usual es que se añadiera un collar de la orden alrededor del escudo. Cuando el titular era miembro de muchas órdenes, la orden más prestigiosa se situaba en el exterior.
La admisión a una orden era el objeto de un acto oficial y registrado, es por ello que la representación de un collar de la orden en las armerías permiten identificar al titular más precisamente que simplemente enunciando las armas familiares.
En Francia, las órdenes de caballería nacionales (Saint-Michel, Saint-Esprit...) fueron suprimidas por la Asamblea Constituyente, al mismo tiempo que los atributos de la nobleza. Napoleón creó la orden nacional de la Legión de Honor y la Orden Nacional del Mérito fue creada en el Siglo XX.
Nobleza y armerías

Ejemplo de armerías del Imperio francés.
En Francia, la Asamblea Constituyente decreta el 19 de junio de 1790 la supresión de la nobleza (como estatuto de la persona) y de sus atributos reales o supuestos: títulos de dominio, privilegios, órdenes de caballería, armerías y libertades. Prohibidas por un tiempo, las armerías fueron restauradas al principio del s. XIX por Napoleón por decreto el 1 de marzo de 1808 que limitó, durante el Imperio, su uso a los nobles, limitación abolida por Luis XVIII durante la restauración). Las armerías ya no son el objetivo social en las que se habían convertido al final del antiguo régimen
Derecho de armas
Jurídicamente, las armas son el equivalente designado de un nombre propio (nombre de familia o nombre de lugar) y son accesorios a ese nombre. Las armas son una propiedad regular, de transmisión hereditaria y susceptible de ser adquirido o conferido. El derecho asociado con las armerías se parece como a aquel de las marcas y es probablemente el primer tema sobre el que se elaboró un derecho internacional (por normas o costumbres).
Como regla general, cada uno puede portar armas, a reserva de no usurpar aquellas de otros. Algunos países que han conservado una nobleza (notablemente el Reino Unido) le han impuesto una reglamentación específica, hasta un tribunal dedicado (Escocia). Sin embargo, el "derecho" a portar tales o tales armas es por la mayor parte un asunto de costumbre.
El principal problema del derecho de armas es, para un titular, el probar la anterioridad en el uso de un blasón que ha reivindicado. Esta prueba es generalmente aportada a través de actos oficiales que registran un blasón dado o acuerdan una modificación en las armas preexistentes.
Las reglas del blasón per se, es decir aquellas que hablan sobre la composición de las armas, están implícitas y responden a las costumbres. El carácter bien o mal constituido de un blasón se evalúa en función de un "espíritu heráldico". La evaluación se apoya sobre el concejo de autoridades eminentes que pronuncian sus lecciones en sus tratados de heráldica a los que hacen referencia. Estas reglas modificadas o movibles como aquellas de buen tono: cuando el consejo de las autoridades es unánime, el juicio puede ser trazado, para los casos más marginales éste debe ser modificado.

Compilador heráldico
Ing. Marcelo Unzueta y Ruiz
Heraldica y origen de mis apellidos “Unzueta & Ruiz”

No hay comentarios: