Con las glorias se olvidan las memorias
Desde el origen de la humanidad, el temor a la vida y a la muerte condujo a evitar ofender a los parientes lejanos y desconocidos, particularmente cuando nos visitan o los visitamos. Así, ese temor motivó la creación de complejos sistemas de parentesco ordenados en gens, clanes y fratrías que dependían de las líneas de ascendencia paterna y materna llamadas linajes.
No es casual entonces que desde épocas muy remotas la humanidad procure tener mucho cuidado con el manejo de los linajes o "líneas de ascendencia", denominadas asimismo genealogías.
La heráldica primero y luego los estudios de parentesco (antropología social y cultural) se han hecho cargo de llevar glosa y cuenta de los blasones, linajes y herencia de prerrogativas y obligaciones.
Señala el Diccionario de la Lengua Española: "heráldica (de heraldo). Adj. Perteneciente o relativo a los blasones o a la heráldica; 2. Arte del blasón". Por blasón se entiende, según los conocedores en la materia, el conjunto de símbolos y prerrogativas derivados de una dignidad de nobleza y crianza conferida a una ciudad o persona.
Entre otras virtudes que se le reconocen a la heráldica, gracias al estudio de esta ciencia de las floridas y refinadas representaciones de los blasones (escudos de armas, genealogías, etc.) recobramos parte de las raíces de nuestros antepasados. Así pues, las líneas de ascendencia y descendencia (árboles genealógicos, estudios de parentesco, etc.), los símbolos y los blasones son la materia central de la heráldica.
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